Recompensas económicas: ¿son una buena estrategia?
Muchos padres de familia piensan que la mejor motivación es la recompensa económica. Si desde pequeños enseñamos a nuestros hijos que lo más importante en la vida es el capital, el camino que estamos siguiendo quizá no sea el correcto. Muchos padres de familia incentivan a sus hijos a obtener buenas calificaciones en la escuela ofreciéndoles una recompensa monetaria a cambio. El trasfondo de todo esto es un aprendizaje completamente distinto al que pensamos que estamos inculcando en nuestros pequeños.
¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos? Evidentemente una educación financiera es sumamente importante y entre antes se adquieran los conceptos básicos, mejor pronóstico tendrán nuestras niñas y niños una vez que ingresen al mundo laboral. Por supuesto que es fundamental enseñar principios de finanzas personales desde edades tempranas y tanto el hogar como el colegio son los lugares más indicados. Los padres de familia debemos alentar a nuestros pequeños al aprendizaje significativo a través de las actividades cotidianas. Las finanzas personales se van adquiriendo de manera paulatina y, si las mezclamos con el día a día, nuestras niñas y niños anclarán esos conocimientos que les serán de gran utilidad en el futuro.
El meollo del asunto es cómo enseñar a nuestros hijos sobre finanzas personales, ahorro e inversión. Estrategias hay muchas pero cada individuo es distinto y la manera en que aprende y opera varía. Es fundamental estar al tanto de esto para hacer uso de las herramientas adecuadas. La motivación es esencial, sin embargo, los expertos en finanzas personales y en psicología coinciden en que la motivación externa disminuye la motivación interna. Si incentivamos a las niñas y a los niños a rendir adecuadamente en el colegio a través de un pago monetario, su motivación ante el aprendizaje disminuirá de manera considerable. Por supuesto que aprenderán principios básicos de educación financiera y seguramente los manejarán con naturalidad, pero el camino no es del todo adecuado.
Uno de los errores al enseñar a los niños a que realicen determinada actividad a cambio de un incentivo económico es que no es sustentable. Llega un momento en el que cierta cantidad ya no es suficiente y puede llegar al punto de la manipulación. Todo ser humano es distinto y para algunos niños la motivación económica será un impulso positivo, pero para otros no lo será. Algunos pequeños se esfuerzan más en el colegio porque tienen una motivación económica que los impulsa a salir adelante. La clave es encontrar un equilibrio y una fórmula que funcione para adquirir un aprendizaje significativo tanto en temas escolares como en temas de finanzas personales.