Prohibir las bolsas de plástico no es la solución
Las manifestaciones no se detienen dentro del territorio nacional. La Ciudad de México vive movilizaciones constantes y los habitantes del país no se quedan callados. La nueva regulación que prohíbe las bolsas de plástico está siendo refutada por una diversidad de personas. Los fabricantes y distribuidores de plástico evidentemente no están a favor de la nueva ley y piden a gritos que se respete un plazo de cinco años para hacer válida esta nueva norma.
La producción de plástico de grandes empresas está en disminución evidente. Las sanciones están al pie del cañón y los micro, pequeños, medianos y grandes negocios hacen todo por no ser sancionados. Estas medidas ya han sido tomadas en otras partes del mundo pero no fueron implementadas de un día a otro. Un periodo más extenso podría ser la solución tanto al cuidado del medio ambiente como a la inconformidad de la gente. No siempre funcionan mejor las estrategias impuestas de manera tajante.
Las grandes empresas productoras de plástico pretenden lograr una economía circular, cuya principal meta es reducir la entrada de materiales vírgenes al mismo tiempo que cierran flujos económicos y ecológicos. Estas compañías buscan reducir sus aditivos y de pronto les frenan el proceso. Evidentemente no están de acuerdo con las nuevas medidas.
Individuos de diversos Estados y regiones del país están frente a las oficinas de la Secretaría de Medio Ambiente en busca de una solución. Piden respuesta mientras manifiestan sus ideas. Todos ellos concuerdan en que la solución no es eliminar las bolsas de plástico por completo, sino reciclar y reutilizar materiales.
El mundo no está como para perder empleos y esta es una de las grandes preocupaciones de las empresas productoras de plástico. Quizá si fueran concedidas con un plazo más amplio, podrían tomar las medidas necesarias y emplear estrategias que permitan modificar sus productos y generar más empleos, mientras buscan la manera de reducir sus aditivos, logrando contaminar menos.