Los sencillos pasos que liberarán tu inversor interno
La planeación es un proceso mental estratégico que nos caracteriza como seres humanos. Al planear, definimos metas y proyectamos posibles escenarios a futuro. Al trazar nuestro plan de acción en diferentes situaciones definimos un camino paso a paso que nos llevará a nuestro objetivo. Es por eso por lo que planear es el mecanismo esencial que necesitas dominar para convertirte en un inversor experto. Invertir no se trata simplemente de comprar acciones y ganar dinero mágicamente para después ver qué hacer con él. Invertir es un acto inteligente que requiere de estrategia y disciplina.
Dicho esto, para potencializar las habilidades de inversión que tienes, sólo debes concentrarte primero en ser un buen planeador. Para generar tu plan, uno de los primeros pasos es identificar tu situación actual. Analiza tu situación financiera y determina cuánto dinero tienes para ahorrar. Ten en mente que no importa la cantidad, sino más bien hacerlo. Una vez determinada la cantidad que debes destinar a tu inversión, piensa a qué destinarás este dinero. Tener un objetivo puede ser muy útil para planear a futuro.
Después, es indispensable hacer un ejercicio de disciplina y establecer prioridades claras para tus gastos. Esto te ayudará a destinar el dinero a donde debe realmente ir y no gastar tu dinero en donde no es tan importante. Las inversiones se deben hacer con el dinero que te queda después de gastos fijos muy importantes, por ejemplo, la colegiatura de tus hijos o los seguros de vida.
La siguiente parte del plan consiste en poner a trabajar el dinero que ahorraste con todas las consideraciones anteriores. Asesórate con alguna institución especializada como una casa de bolsa o una Operadora de Fondos. Con ellos podrás establecer mejor tu perfil de inversionista y te ayudarán a definir tu plan de acuerdo con la cantidad de la que dispongas.
Ejecuta tu plan y destapa ese potencial de inversor que llevas dentro.