Una buena educación vale oro
La salud financiera es esencial y entre antes la obtengamos, mejor. Solemos pensar que la salud física y la salud mental son fundamentales para la vida, pero pocas veces nos detenemos a pensar que la salud financiera es el complemento para formar la triada perfecta en la educación de nuestros hijos. Pocas veces tomamos en cuenta las finanzas personales en la vida de nuestros chiquitos, pues muchas veces no imaginamos que esas pequeñas mentes pueden ser tan poderosas.
Los cerebros de nuestros pequeños son como pequeñas esponjitas que absorben todo aquello que está en su entorno. Nuestras niñas y niños aprenden a través de sus sentidos y adquieren conocimientos a través del ejemplo que les damos en el día a día. Nuestros pequeños adquieren aprendizajes significativos desde sus primeros pasos por el mundo y si unen la salud financiera a su recorrido, sus aprendizajes serán mucho más significativos y su calidad de vida será mejor de lo que imaginamos.
La educación financiera brinda las herramientas perfectas para construir una vida llena de bienestar. La educación financiera nos permite conocer y discernir. La educación financiera nos ayuda a tomar mejores decisiones y a elegir con mayor seguridad y confianza. La educación financiera nos convierte en personas responsables y nos ayuda a ver el panorama completo mientras analizamos nuestras alternativas. La educación financiera nos traerá grandes beneficios a futuro, por lo que inculcarla desde los primeros años de vida es lo ideal.
Muchos padres de familia sienten confusión a la hora de ofrecer educación financiera a sus hijos, pues no saben por donde empezar. La realidad es que no hay una fórmula secreta, pero debemos ser auténticos y naturales para que nuestros pequeños capten e internalicen el aprendizaje de la mejor manera posible.
Cada madre y cada padre conoce a sus críos y sabe lo que les funciona de mejor manera. Cada madre y cada padre conoce las estrategias adecuadas y sabe la manera en que sus chiquitos aprenden. Cada madre y cada padre es responsable de entender la dinámica familiar y hacer uso de las mejores herramientas, pero, a grandes rasgos, debemos ayudarles a encontrar un propósito, debemos darles el poder de decidir, debemos convertirnos en sus aliados y ayudarles a formar hábitos financieros sanos basados en la repetición.
En fin. Nuestras niñas y niños aprenden, sí o sí, que mejor que ofrecerles un buen ejemplo y comenzar a poner orden en nuestras finanzas personales. Nuestros pequeños absorben su entorno y adquieren aprendizajes todo el tiempo, por lo que es nuestra responsabilidad llevar una vida financiera sana y mostrarles los grandes beneficios de vivir sin estrés financiero.