Tenemos potencial
No nacemos sabiendo todo, pero tenemos el potencial para desarrollar nuevas habilidades. Nuestra inteligencia financiera no es innata, pero podemos ir construyendo hábitos financieros que nos permitan conocer el universo financiero a detalle, internalizar el vocabulario financiero y aplicar nuestros conocimientos a nuestra vida cotidiana. Tener una buena educación financiera es un ganar-ganar, pues, al desarrollar nuestra inteligencia financiera, podremos tomar mejores decisiones.
Los seres humanos tenemos ciertas habilidades que vamos desarrollando a lo largo de la vida. Vamos aprendiendo sobre la marcha, vamos imitando conductas que nos hacen sentido y vamos incorporando hábitos que nos ayudan a sentirnos seguros. Vamos haciendo uso de herramientas y estrategias que nos parecen útiles y vamos desechando aquellas que ya no nos funcionan.
Las personas aprendemos acerca del universo financiero a través de la mirada de nuestras madres y padres, conocemos el clima financiero a partir de nuestras experiencias de vida y nos familiarizamos con el entorno financiero a partir de las decisiones que vamos tomando. Formamos hábitos financieros a través de la repetición de nuestras rutinas cotidianas y de nuestras metas financieras. Construimos nuestro patrimonio a partir de hábitos financieros sanos que nos permiten sentar bases sólidas y establecer un punto de partida hacia la independencia económica.
Vamos aprendiendo cuando le atinamos y cuando nos tropezamos. Vamos adquiriendo conocimientos cuando nos asesoramos y cuando fluimos. Vamos encontrando nuestro camino financiero cuando nos informamos, nos educamos y no dejamos de actualizarnos.
Sabemos que es fundamental gastar por debajo de nuestras posibilidades, que es importante tener un plan financiero organizado y que no debe faltarnos un presupuesto realista. Sabemos que debemos registrar nuestros ingresos y egresos y que siempre debemos dar seguimiento a nuestros movimientos financieros. Sabemos que es fundamental ahorrar, invertir y contar con un fondo para emergencias y que no debemos compararnos con la situación económica de otros.
No nacemos sabiendo todo, pero vamos adquiriendo conocimientos sobre la marcha. Una buena educación financiera es vital para construir un terreno más estable, para incrementar nuestra calidad de vida y para encaminarnos hacia la libertad financiera.