Si algo hemos aprendido…
Si algo hemos aprendido es que la vida puede dar un giro radical de pronto y que la planificación financiera es esencial. Si algo tenemos claro es que una buena educación financiera nos puede ayudar a hacer frente a las vicisitudes de la vida. Si de algo hemos incorporado a nuestro ser es que conocer el universo financiero es vital para asegurar nuestra calidad de vida.
Cada ser humano es un mundo distinto y el camino de cada uno varía. Cada ser humano es único e irrepetible y las decisiones cambian. Cada ser humano es singular y elige con base en sus conocimientos, en sus experiencias de vida y en la educación financiera con la que cuenta.
Por lo anterior, es fundamental que nos enfoquemos en informarnos cotidianamente y no dejar de actualizarnos en materia financiera, es crucial que mantengamos solidez dentro de nuestros bolsillos y que blindemos nuestro capital, es esencial que tengamos un plan financiero listo para ponerse en marcha en el momento en el que el mundo financiero comience a tambalear.
Estar financieramente preparados implica un gran reto y esfuerzo, pero los resultados se verán reflejados de manera positiva. Tener un plan de acción listo para ponerse en marcha implica responsabilidad, compromiso y decisión. Saber la diferencia entre un fondo de emergencia y un fondo de contingencia es elemental para saber que vías tomar en caso de que la vida intente alcanzarnos.
Contar con un fondo para emergencias nos permite hacer frente a imprevistos pequeños, mientras que un fondo para contingencias nos ayuda a estar preparados para los grandes desafíos de la vida. Elegir el camino adecuado implica un arduo análisis, una introspección detallada y un conocimiento real sobre nuestra situación económica y nuestras metas a corto, mediano y largo plazo.
Los seres humanos tendemos a enfocarnos en el aquí y el ahora sin pensar en el futuro. Los seres humanos tendemos a buscar la inmediatez y el bienestar momentáneo. Los seres humanos solemos buscar la rapidez, pero es importante aprender a esperar, tener paciencia y trabajar por un mejor futuro financiero. Es elemental que nos eduquemos financieramente, que hagamos pequeños sacrificios y que pongamos nuestras finanzas personales presentes y fututas como prioridad.