Sanando una mala racha
A veces sentimos que el mundo juega en nuestra contra y que nuestras finanzas personales se nos salen de las manos. En ocasiones sentimos que perdemos el piso, que el universo financiero se voltea de cabeza y que nuestras finanzas personales se nos escurren de las manos. En momentos sentimos que el caos financiero nos invade, que nuestras finanzas personales sufren pérdidas y que las deudas irrumpen nuestra paz mental, pero no debemos dejar que una mala racha perjudique nuestro bienestar financiero y se empodere de nuestra tranquilidad.
Hay situaciones en las que nos sentimos invadidos por nuestras malas decisiones financieras o que el universo conspira en nuestra contra. Hay tiempos en los que todo parece estar de cabeza y no logramos encontrar la llave para abrir la puerta adecuada. Hay momentos en los que todo parece una gran maraña y la bola de nieve sigue rodando, nuestras finanzas personales se ven comprometidas y no sabemos por dónde empezar a organizar nuestros recursos.
El endeudamiento nos causa sentimientos de desconfianza, de incertidumbre y de inseguridad, las deudas nos generan sensaciones falsas y no sabemos cómo erradicarlas, nuestro universo financiero se voltea de cabeza y nos deja llenos de estrés. Pero siempre podemos revertir la situación, entender la raíz del problema y encontrar soluciones viables que nos permitan enderezar nuestra situación económica.
Podemos evitar el sobreendeudamiento si tenemos claros nuestros préstamos y créditos, si analizamos nuestras deudas a detalle y si evitamos contraer nuevas antes de liquidar las que tenemos pendientes. Podemos evitar malos tragos financieros si definimos nuestras prioridades de consumo, recortamos gastos innecesarios, evitamos compras por impulso y nos dedicamos a ahorrar e invertir.
Una mala racha siempre puede ser sanada si nos organizamos, si establecemos plazos de pago realistas, si hacemos un recuento de nuestros ingresos y egresos y si marcamos una clara diferencia entre nuestros gustos y nuestras necesidades. Siempre podemos enmendar nuestros errores si comparamos antes de adquirir cualquier artículo o servicio y si sabemos aprovechar las oportunidades que nos ofrece la vida.