Saca el máximo partido a tu dinero con estos sencillos trucos de inteligencia financiera
La sociedad en la que vivimos es consumista y, muchas veces, cumplir con los estándares de lo que es adecuado para ser felices, el ingreso y nuestras aspiraciones que debemos tener y perseguir puede resultar abrumador. Con frecuencia, pensamos erróneamente que el éxito lo alcanzaremos con más producción, lo que implica más dinero y más compras. Sin embargo, parte de la filosofía de la inteligencia financiera nos hace ver que no es necesariamente así. Producir más y dedicar todo nuestro tiempo y esfuerzo a tener más dinero, puede tener un efecto contraproducente en términos de felicidad y retribución.
¿De qué sirve tanto dinero si no sabemos administrarlo de manera inteligente? ¿Cómo podremos disfrutar del fruto de nuestro trabajo si no tenemos una buena gestión de él? La inteligencia financiera busca encontrar la respuesta a estas preguntas, por lo que aquí aportaremos algunos de los principales consejos de esta área de conocimiento para que aprendas a sacar el mejor provecho a tu dinero.
La inteligencia financiera es una herramienta que te permitirá desarrollar nuevas fuentes de ingresos, u optimizar y rentabilizar las que ya tienes. En general, sirve para manejar y controlar tus finanzas personales.
Primer consejo: Comienza a leer y empápate del tema. Salir de la ignorancia es crucial para comenzar a ser más inteligente financieramente. Empápate de lo que está pasando en el mundo, lee noticias de economía y de finanzas e investiga los términos o referencias que no comprendas. También, es aconsejable leer libros sobre el dinero y la relación que tenemos con él. Un buen comienzo puede ser “El código del dinero: conquista tu libertad financiera”, escrito por Raimón Samsó Queraltó.
Segundo consejo: Encuentra el equilibrio. Nunca permitas que tus gastos superen tu ingresos. Este consejo es primordial para quien quiera llevar unas finanzas personales sanas y es como el mantra de la inteligencia financiera.
Tercer consejo: cambia tu mentalidad. Deshazte de viejas manías como ahorrar sin tener un plan de usar ese dinero, tener la meta de ahorrar más sin saber cuánto ni para qué. La inteligencia financiera tiene como bases la especificidad y la claridad, por lo que hay que dar pasos firmes sabiendo su propósito.