Por nosotros y las generaciones venideras

Por nosotros y las generaciones venideras

Para poder transmitir los conocimientos adecuados, debemos estar seguros de contar con ellos. Para poder educar financieramente a nuestros pequeños, debemos comenzar por nosotros mismos. Para poder tener salud financiera, debemos comenzar por leer las letras chiquitas y aplicarlas a nuestro día a día. Para conseguir poner orden en nuestras finanzas personales y eliminar el estrés financiero, debemos empezar por familiarizarnos con términos básicos, aprender a comparar y entender el mundo financiero que nos rodea.

Para poder transmitir nuestros aprendizajes de manera acertada, debemos comenzar por sumergirnos en el universo financiero y llenarnos de hábitos sanos. Para dar pasos hacia una cultura financiera sana, debemos conocernos a nosotros mismos y lograr que nuestros ahorros e inversiones vayan acordes con nuestro estilo de vida. Para conseguir una mejor calidad de vida, debemos escuchar los consejos de otros y adaptarlos a nuestra propia realidad. 

Todo en la vida comienza con nosotros mismos, pues cada uno de nosotros ve la vida tras una óptica distinta. La realidad es relativa, pues los lentes tras los cuales miramos varían de persona a persona. Todo depende de como nos va en la feria y de nuestras experiencias cotidianas. Todo depende la educación financiera con la que contemos y de los conocimientos que hayamos podido internalizar. Todo depende de nuestro estilo de vida, de nuestra forma de ser y de nuestra manera de pensar y operar. Todo comienza con nuestro mundo interno y con la manera en la que lo proyectamos. 

Una buena educación financiera es esencial para mejorar nuestra calidad de vida. Una buena educación financiera nos prepara y nos brinda armas para combatir el mundo externo. Una buena educación financiera nos permite tener un control de nuestros ingresos, egresos y gastos, nos ayuda a gastar menos de lo que ganamos, nos permite detectar y erradicar nuestros gastos hormiga y nos permite evitar deudas malas.

Una buena educación financiera nos brinda herramientas de ahorro y nos ofrece estrategias para llegar firmes a nuestra edad de jubilación. Una buena educación financiera nos abre las puertas a un mundo lleno de oportunidades y nos ayuda a elegir adecuadamente entre una amplia gama de productos, servicios e instrumentos financieros. Una buena educación financiera nos ayuda a blindar nuestras finanzas personales y construir un fondo para emergencias.

En fin. La educación financiera es esencial para la vida y transmitirla de manera acertada será de gran beneficio tanto para nosotros mismos como para las generaciones venideras.