No hay un camino único
Solemos enfrascarnos en nuestros pensamientos y evadir la realidad, tendemos a escudarnos bajo excusas para no hablar sobre nuestras finanzas personales e intentamos tapar el sol con un dedo. Creemos que, si evitamos temas financieros, nuestros conflictos económicos no estarán presentes, pero la realidad es que entre más tiempo dejemos pasar, más frágiles se volverán nuestras finanzas.
Adoptamos frases para evitar malos tragos financieros, pero no nos damos cuenta del gran daño que estamos causando a nuestra economía. Repetimos los mismos preceptos una y otra vez, si imaginar que el impacto sobre nuestras finanzas personales podría ser devastador. Pensamos que, si transitamos por la vida de manera automática, evitaremos caer en las garras de las tentaciones, pero la realidad es todo lo contrario. La mayor parte de nuestras decisiones impulsivas suceden cuando elegimos en un estado automático, sin pensar en las graves repercusiones que estamos causando en nuestra economía.
Cambiar nuestros patrones de pensamiento podría tener un efecto directo sobre nuestros hábitos financieros y podría ayudarnos a entablar una mejor relación con el dinero. Pensar de manera distinta nos incitará a actuar de manera más positiva, a crear un clima financiero más estable y adoptar estrategias que nos permitan visualizar nuestro futuro financiero.
Existen infinidad de herramientas y estrategias que podrían ayudarnos a tener unas finanzas personales más fluidas, pero para elegir las adecuadas, es importante que conozcamos nuestra situación económica a detalle. Para elegir con certeza, debemos tener metas financieras y entender el terreno que tenemos bajo nuestros pies.
Para tomar decisiones que vayan acordes con nuestra personalidad y nuestro estilo de vida, es fundamental que tengamos claros nuestros patrones de comportamiento y que hagamos una clara distinción entre lo que nos funciona y lo que no nos es relevante. Algunos sienten que tienen un mayor control del dinero cuando dejan de utilizar dinero en efectivo y lo reemplazan por el uso de tarjetas de débito o cuando automatizan sus finanzas. Otros prefieren hacer una pausa y evaluar sus pasos financieros. Algunos más necesitan establecer objetivos financieros constantemente.
La realidad es que no hay un camino único, ni una fórmula mágica, ni una receta que aplique a todos por igual. Debemos volcar la mirada hacia nosotros mismos y elegir con conciencia para dar pasos hacia la libertad financiera.