No es tan difícil
Pocos sabemos gastar con conciencia y ahorrar centavos de manera constante. Solemos sufrir de una mala relación con el dinero, una actitud pobre hacia nuestras finanzas personales y una baja educación financiera. Tendemos a gastar, el dinero se nos va escurriendo de las manos y de pronto caemos en la cuenta de que no conseguimos tener una vida financiera estable.
A muchos nos cuesta trabajo mantener nuestras finanzas personales bajo control, registrar nuestros ingresos y gastos y de repente nos damos cuenta de que el endeudamiento nos invade y que nuestra sensación de insatisfacción ha crecido.
Nos frustramos, nos enredamos en una maraña mental y nos metemos el pie. Desestabilizamos nuestras finanzas personales por malas decisiones en materia financiera y nuestros bolsillos sufren las consecuencias. Intentamos recuperar nuestro bienestar, pero el estrés financiero gana y no logramos salir del laberinto.
Con una buena dotación de educación financiera, poco a poco podremos acercarnos a la independencia económica, resolver nuestros conflictos económicos de raíz y gozar de salud financiera. Con la dosis adecuada de conocimientos financieros, conseguiremos mejorar la relación que tenemos con el dinero y seremos más conscientes de nuestras decisiones.
Los seres humanos solemos buscar soluciones mágicas y queremos resolver las cosas con inmediatez, pero no logramos concretar estrategias y adoptar hábitos financieros sanos, pues sentimos que son metas inalcanzables y no sabemos por donde empezar.
Si buscamos tener salud financiera y encaminar nuestras finanzas personales por las vías adecuadas, es indispensable que analicemos nuestra situación económica actual, que tengamos metas financieras a futuro y que visualicemos nuestra calidad de vida a largo plazo. Es fundamental que transformemos la relación que tenemos con el dinero y que modifiquemos nuestra perspectiva en torno a nuestro capital y, cuando lo logremos, nos daremos cuenta de lo sencillo que es mantener nuestras finanzas personales estables.