Factores emocionales
Hay factores emocionales que tienen un impacto directo sobre nuestra visión de la vida y sobre la manera en que administramos nuestras finanzas personales. Estamos sometidos a nuestras emociones y lo que pensamos y sentimos tiene un gran efecto sobre la organización de nuestros recursos. Nuestra vida personal está íntimamente relacionada con nuestras finanzas personales, por lo que es esencial que encontremos los puntos clave si queremos mejorar nuestra calidad de vida.
Vivimos rodeados de hábitos y rutinas que nos ayudan a mantener serenidad en nuestros días. Estamos atados a nuestras experiencias y vivimos encadenados a nuestros aprendizajes. Tenemos toda clase de hábitos y muchos de ellos tienen un impacto directo sobre nuestras finanzas personales, por lo que debemos aprender a distinguir aquellos que nos impulsan a crecer de aquellos que obstaculizan el camino hacia el éxito económico.
Solemos arrastrar nuestras experiencias financieras pasadas y nos cuesta trabajo dejar ir. Tendemos a cargar una gran piedra en la espalda la cual tiene un efecto importante sobre nuestras finanzas personales. Estamos inmovilizados por el presente y pocas veces miramos hacia el futuro y tomamos acción para que nuestra situación económica mejore y podamos gozar de una mejor calidad de vida.
Tenemos poca paciencia en materia financiera, queremos que las cosas se resuelvan en un dos por tres y pocas veces vemos más allá de nuestros ojos, pues nuestra pobre educación financiera nos frena constantemente. Pocos somos capaces de planificar financieramente, de actualizar nuestros conocimientos y de aplicar estrategias financieras útiles que nos permitan dar vuelo a la hilacha. No muchos logramos ver el escenario completo y dañamos nuestras finanzas personales sin pensarlo.
Tenemos un sinfín de habilidades, pero aprovechamos pocas de ellas. Nos faltan estrategias de organización financiera, tendemos a enfocarnos en el foco equivocado y la falta de regulación de nuestras emociones permea en nuestras decisiones financieras. Solemos buscar la inmediatez y no estamos dispuestos a monitorear nuestros movimientos financieros regularmente, lo cual puede devastar nuestras finanzas personales.
Nuestras emociones nos rigen, nos enfocamos en lo equivocado y luego nos damos cuenta de los grandes errores que hemos cometido. Pero todo puede cambiar con una buena educación financiera que nos permita conocer estrategias certeras y adoptar las herramientas adecuadas para aprender a regular nuestras emociones, alcanzar la salud financiera y encaminarnos hacia la independencia económica.