El pasado es historia
Nuestros primeros años de vida son cruciales para el aprendizaje, pues nuestra mente es como una pequeña esponjita que va absorbiendo información de manera constante. Día a día vamos adquiriendo aprendizajes a través de distintas experiencias, día a día vamos incorporando conceptos que se van internalizando en nuestro ser, día a día vamos acumulando conocimientos que quedarán en nuestro interior y guiarán nuestra vida.
La relación que tenemos con nuestro capital suele venir de tiempo atrás, suele asociarse a nuestra primera infancia y tiene que ver con la relación que tenían nuestras madres y padres con sus propios recursos. La raíz de nuestro éxito o fracaso financiero suele tener una relación directa con la manera en que nuestros padres administraban su capital y con la forma en que se relacionaban con su dinero, pero no es imposible cambiar y deshacernos de todo aquello que ya no nos hace sentido.
Siempre estamos a tiempo de mejorar nuestra calidad de vida, de adoptar nuevas estrategias financieras y de poner orden a nuestras finanzas personales. Nunca es tarde para revertir los efectos de una mala o nula educación financiera y de encaminarnos hacia la independencia económica. Siempre es tiempo de ver el panorama con ojos más positivos y de mentalizarnos hacia el éxito financiero.
Cuando entendemos nuestra psicología interna, podemos hacer pequeños cambios que nos ayuden a alcanzar la tranquilidad financiera. Cuando sabemos la razón por la que actuamos de la manera en que lo hacemos, podemos hacer uso de herramientas que nos permitan subirnos al tren adecuado. Cuando aprendemos a vivir por debajo de nuestras posibilidades, entendemos que tenemos control sobre nuestros recursos y hacemos uso de estrategias para que nuestro capital juegue a nuestro favor, conseguiremos ver un escenario más claro y la paz financiera invadirá nuestros días.
La vida está llena de experiencias de las cuales vamos aprendiendo constantemente y nuestras finanzas personales no son la excepción. Siempre podemos corregir nuestros errores pasados y dar pasos hacia el éxito financiero. Siempre podemos aprender de nuestras faltas y establecer una mejor relación con nuestro capital. Siempre podemos incrementar nuestra calidad de vida y asegurar nuestro futuro, pues el pasado es historia y no tiene porque regir nuestra vida.