El aprendizaje permanece
Muchos nos dejamos llevar por nuestros primeros pensamientos. Muchos nos guiamos por nuestros primeros impulsos. Muchos actuamos antes de pensar y de analizar nuestro entorno. Muchos decidimos con base en lo primero que tenemos a nuestro alcance y con lo primero que se nos aparece en el camino. La realidad es que actuar de esta manera no nos lleva a nada bueno, pues solamente estamos mitigando la incertidumbre por un momento y tapando el sol con un dedo.
La vida es dinámica y las crisis son parte de ella. La vida es cambiante y el panorama nunca es del todo certero. La vida va avanzando y nuestras decisiones pueden volverse obsoletas si no contamos con una sólida educación financiera que nos permita analizar nuestro presente con miras en nuestro futuro. Las crisis son parte de la vida y llegan a su fin tarde o temprano. Las crisis intentan infiltrarse en nuestros bolsillos como si no hubiera mañana, pero siempre podemos proteger nuestros recursos para que nuestra vida financiera no se vea dramáticamente afectada.
Para combatir las crisis con la frente en alto, debemos asegurarnos de que el temor no tome control sobre nuestras decisiones. Para combatir las crisis con mayor seguridad, debemos aplicar estrategias financieras que vayan acordes con nuestro estilo de vida, con nuestras necesidades y con nuestras posibilidades. Para combatir las crisis con mayor confianza, debemos evitar adquirir productos y servicios que no necesitamos, debemos construir un presupuesto y apegarnos a él, debemos reestructurar nuestras prioridades financieras y aprender a planificar.
Para enfrentar la incertidumbre de la vida cotidiana, es esencial que comencemos a ahorrar y a invertir, incluso cuando parezca que es el peor momento para hacerlo. Para enfrentar la incertidumbre del día a día, es fundamental que tengamos metas financieras claras y que veamos oportunidad en cada paso que demos. Finalmente toda crisis termina, pero los aprendizajes permanecen.