Darle la vuelta a la tortilla
Todo se va juntando y de pronto explotamos. La olla se va llenando y de pronto se desborda el agua. Los problemas financieros se van acumulando y de pronto ya no tenemos cabeza para pensar y nos cuesta trabajo ver el panorama tal cual es. Poco a poco nos vamos sumergiendo en nuestros propios pensamientos, poco a poco nuestra mente se va contaminando de conflictos imaginarios, poco a poco nuestras decisiones se ven secuestradas por malas decisiones y nuestros conflictos financieros crecen.
Los problemas de dinero pueden tener grandes repercusiones sobre nuestra vida, sobre nuestra salud física y sobre nuestra salud mental y emocional. Los conflictos financieros pueden infiltrarse en nuestra mente, permitiendo que tomemos decisiones al azar. Los embrollos financieros pueden ir aumentando si no adquirimos estrategias y herramientas que vayan acordes con nuestro estilo de vida y que permitan sanar un mal trago.
Cuando sentimos que no tenemos control sobre nuestras finanzas personales, nuestros niveles de estrés tienden a elevarse. Cuando sentimos que no tenemos control sobre la manera en que organizamos nuestros recursos, nuestra paz interna comienza a extinguirse. Cuando sentimos que no nos alcanzan nuestros ingresos, nuestra mente comienza a volar y nos vemos inmersos en un círculo vicioso difícil de romper.
No todo está perdido, pues siempre podemos buscar asesoría financiera y comenzar a enderezar nuestros conflictos económicos. No todo está perdido, pues siempre podemos informarnos sobre nuevos productos, servicios e instrumentos financieros que puedan jugar a nuestro favor. No todo está perdido, pues siempre podemos innovar y hacer uso de la tecnología financiera. No todo está perdido, pues siempre es momento de educarnos financieramente y cerrar ese capítulo tan conflictivo que se ha permeado en nuestras entrañas.
Para poner orden a nuestras finanzas personales, primero debemos dimensionar el tamaño del conflicto que nos invade, debemos aprender a priorizar, a planificar y a detectar nuestras fugas de capital. Para poner en orden nuestra vida financiera, debemos evaluar nuestra situación económica, reducir o eliminar gastos innecesarios y mantener nuestra rutina en forma.
Siempre hay maneras de dar carpetazo a nuestros conflictos financieros y comenzar a incrementar nuestra calidad de vida. La clave del éxito radica en estar conscientes de nuestra problemática y adquirir los conocimientos necesarios para darle la vuelta a la tortilla.