Determinación y buenos hábitos
La situación financiera de cada persona es distinta. El tener un concepto realista de nuestro capital hará una gran diferencia en la manera en que manejamos nuestras finanzas personales. Muchas veces nos guiamos por lo que pensamos que son las cosas y no por como son en realidad. Muchas veces nos dejamos llevar por lo que anhelamos y no por lo que somos y tenemos.
Todos sabemos que la economía está llena de retos y desafíos. Las finanzas tienden a ser volátiles en ciertos momentos y la incertidumbre aparece en los momentos menos esperados. Las circunstancias externas varían y no tenemos control sobre ellas, pero sí tenemos control sobre las acciones que tomamos, la actitud con la que vemos las cosas y la manera en que nos comportamos ante nuestras finanzas. Gran parte de nuestra problemática financiera se podría resolver si modificamos ciertos hábitos y logramos un mejor control de nuestro capital. Todo es cuestión de orden, autodisciplina y organización.
Los ingresos varían de persona a persona. Las posibilidades y necesidades de cada individuo son distintas. Ver las cosas con perspectiva y vivir dentro de nuestros medios es elemental. Lograr que nuestros egresos y gastos sean menores que nuestros ingresos es clave para lograr un equilibrio en nuestras finanzas personales. De nada nos sirve endeudarnos y solamente nos genera un gran dolor de cabeza. Si llevamos un presupuesto, un registro y un control de nuestro capital, la posibilidad de caer en malos hábitos financieros disminuye de manera considerable.
Los préstamos son una buena alternativa en algunas situaciones, pero es fundamental evaluar antes de pedir. Los créditos no deben ser nuestra primera opción, pues significa salirnos de nuestros límites y situarnos en una posición ajena a nosotros. Si no podemos adquirir cierto producto o servicio, es mejor esperar un tiempo, a menos de que sea algo realmente indispensable. La misma teoría aplica a las tarjetas de crédito. Si no podemos pagar el total, no hacer uso de ella, pues los pagos parciales solo logran que tengamos que pagar más intereses, y a la larga sale más caro.
El adquirir hábitos de ahorro sanos genera grandes beneficios a largo plazo. El automatizar el ahorro nos ofrece la posibilidad de eliminar el estrés que puede generar. El hacer pequeñas aportaciones de manera constante logra grandes diferencias. Tras un buen ahorro sigue una buena inversión. Invertir con inteligencia es elemental. Conocer nuestras características propias frente a las inversiones es vital.
Con determinación y buenos hábitos lograremos tomar las riendas de nuestra vida financiera y lograr la estabilidad económica que buscamos.