Conectando nuestras emociones al ahorro

Conectando nuestras emociones al ahorro

Las crisis económicas son un hecho inminente y se presentan en los momentos menos esperados. Las situaciones imprevistas aparecen sin aviso alguno y las eventualidades caen de pronto. Aquí radica la gran responsabilidad que tenemos sobre nuestras finanzas personales, sobre llevar una buena administración de nuestro capital, sobre tener ahorros, inversiones y un fondo para emergencias. 

Nunca es tarde para empezar. Nunca es tarde para dar el primer paso hacia una mejor calidad de vida. Nunca es tarde para dar un brinco hacia una libertad financiera y una estabilidad económica. El panorama puede tornarse positivo incluso en tiempos difíciles. Si tenemos la capacidad de mirar más allá y ver las cosas tras un lente positivo, las oportunidades tienden a aparecer en medio de las adversidades.

Es fundamental estar preparados para tomar las riendas de la situación. Evidentemente no tenemos control de las situaciones externas, pero pequeñas modificaciones internas pueden hacer grandes diferencias. Para lograr un impacto positivo en tiempos negativos, es elemental detenernos y hacer una pausa antes de realizar cualquier movimiento en nuestro esquema financiero. Nuestro presupuesto es una guía con la que debemos cumplir si queremos transitar de manera más pacífica. El hablarnos con un lenguaje positivo nos reconforta y nos provee de bienestar. El hacer una comparación exhaustiva antes de adquirir servicios o productos podría ahorrarnos unos centavos, que se convierten en grandes cantidades a la larga. 

En tiempos difíciles, lo mejor es tomar las cosas con filosofía y humor. Es importante tomar las cosas con calma y hacer uso de nuestra imaginación. Es importante hacer uso de estrategias que nos funcionen. Una estrategia que ha ofrecido resultados positivos consiste en destinar cinco minutos a hacer una lluvia de ideas sobre las maneras en que podríamos ahorrar para un fondo de emergencias. Evidentemente no lograremos cumplir con todas aquellas cosas que se nos ocurran, pero al menos tendremos un espectro más amplio y saldremos más motivados. Con dos o tres ideas es suficiente para empezar. 

La clave del éxito consiste en hacer una conexión de nuestras emociones en los momentos en que tomamos buenas decisiones, al hábito de ahorrar. Entre más fuerte sea la emoción, mayor probabilidad de crear conexiones neuronales que logren instaurar nuevos hábitos. La confianza y seguridad con la que tomamos decisiones en momentos de crisis, tendrán un impacto significativo en el futuro.