Cada evento es una oportunidad
Las eventualidades son imprevistos que surgen de pronto; son momentos que nos transforman en un abrir y cerrar de ojos. Nunca estamos preparados para un estado de contingencia, pero de vez en vez llega, toca a nuestra puerta y no nos permite dar vuelta atrás. Las eventualidades se asoman por un tiempo y luego desaparecen, las cosas se van resolviendo y todo termina por acomodarse. A pesar de contar con estos conocimientos, es elemental estar preparados, pues hacer frente a un imprevisto con las estrategias y herramientas adecuadas cambia el panorama drásticamente.
Para hacer frente a un estado de emergencia de manera inteligente, una de las cosas más importantes es tener liquidez, es decir, tener capital en efectivo de manera inmediata. La idea de tener efectivo al instante tiene que ver con poder enfrentar un estado de crisis sin la preocupación adicional de tener que pensar en comisiones que, a la larga, podrían perjudicarnos.
Otro elemento vital tiene que ver con contar con un fondo de emergencias, pero para hacer uso de este capital en el momento necesario, es vital tener hábitos de ahorro sanos, pues de lo contrario, este fondo no existiría. Para lograr un fondo de emergencias, es crucial tener ahorros destinados para este fin en específico. Pensemos a futuro y tomemos acción cuanto antes. Muchas veces nos damos cuenta de que, si hubiéramos ahorrado, la historia sería distinta, pero el hubiera no existe. Es sumamente importante tomar cada evento como una oportunidad de aprendizaje. Ahorrar a través de una entidad bancaria, invertir en productos financieros, prevenir.
Para dar el primer paso hacia unas finanzas personales sanas, el elemental hacer un registro minucioso de nuestros ingresos y egresos. Es fundamental llevar un control de nuestros gastos y priorizar aquellos que son necesarios. Es vital marcar una clara diferencia entre los gastos necesarios y los gastos innecesarios. El crucial detectar los gastos hormiga y reducirlos al máximo. Es elemental vivir nuestra realidad presente pensando en un mejor futuro, aquel que nos brinde tranquilidad y certeza y que nos encamine hacia una independencia económica y una libertad financiera.
Los estados de crisis tienden a paralizarnos, por lo que es importante hacer una pausa y pensar con claridad. Es fundamental pensar en nosotros mismos y en otros a la vez. El vital no hacer compras excesivas ni compras de pánico, pero tampoco dejar de incentivar la economía, pues se volvería un estado catastrófico en el cual muchos terminarían gravemente afectados.