¿POR QUÉ AHORRAR?

¿POR QUÉ AHORRAR?

Las finanzas personales pueden ser tan sencillas o complejas como queramos. Sin embargo, al final del día, éstas se reducen a las decisiones que tomamos sobre cuatro variables:

La cantidad de dinero que guardamos o que gastamos

La tasa de interés que pagamos o que nos pagan

Los riesgos que enfrentamos

Y, sobre todo, el tiempo

Una de las áreas en que mejor podemos ver cómo funciona esto es el ahorro. La pregunta sería: ¿qué significa y cómo se ahorra realmente, y con inteligencia?

El primer gran obstáculo que debemos superar para hacerlo, para ahorrar, no tiene nada que ver con el dinero que ganamos, sino con la capacidad que tenemos de soportar la tentación de recibir un beneficio inmediato y, en cambio, recibir un beneficio más grande en el futuro.

El segundo es que hay muchas formas de entender el ahorro. Para unos significa ganar un descuento a la hora de hacer compras; para otros quiere decir guardar dinero en una alcancía o dejar “quieto” un dinero. Y para otros más, significa invertirlo a medida que van acumulándolo.

Ahorrar de manera inteligente implica todo lo anterior y concentrarnos sólo en una opción puede hacer que acabemos perdiendo buenas oportunidades.

Hay una íntima relación entre gasto, ahorro e inversión. Lo primero que debemos hacer, cuando queremos ahorrar inteligentemente es buscar descuentos. Esto es importante, pero es más fácil que nos hagamos “trampa”, porque la mayoría de las personas, cuando encuentran un descuento, terminan gastando el dinero que ahorraron en otra cosa inmediatamente.

Ahorrar de manera inteligente es aprovechar que ya habíamos decidido gastar $2000 en el supermercado y que, si al final la compra nos salió en 1000, los $1000 restantes sean lo que debemos liberar del gasto. En este punto, podemos conectar el hecho de ahorrar mediante descuentos con el ahorro por medio de la acumulación. La gran mayoría de nosotros entiende “ahorrar” como guardar un dinero. Y eso está muy bien. Las alcancías funcionan y son un buen medio para recordarnos que es importante hacerlo. Pero quedarnos sólo en la alcancía no es suficiente. Acumular dinero y dejarlo “quieto” es una buena estrategia siempre y cuando logramos alcanzar una base mínima para poder llevar ese dinero a un producto de inversión. Pero si acumulamos en exceso y tenemos, por ejemplo, $10,000 en la cuenta de ahorros, es excelente, pero a partir de cierto punto puede ser una oportunidad que estamos desperdiciando. Y es aquí donde ese ahorro, entendido como acumulación de dinero, debe conectarse con la inversión.

Ahorro e inversión no son cuestiones distintas. Invertir es una forma de aprovechar lo que hemos acumulado para que empiece a producir más dinero por sí mismo. Y una vez llegados a este punto, es cuestión solamente de seguir alimentando nuestro ahorro con lo que no estamos y que pudimos ahorrar. Luego de esto, la paciencia y la constancia serán las claves para que nuestro ahorro, nuestra inversión, nuestro dinero siga creciendo.

Así como es importante empezar a ahorrar, aunque sea separando las pocas o muchas monedas que nos sobran al terminar el día, también vale la pena empezar a buscar productos básicos de inversión, productos que estén en principio muy a la vista, es decir, que tengamos la oportunidad de que, si necesitamos el dinero, podamos retirarlo. Y decimos esto porque el primer ahorro que todos deberíamos tener es un fondo de emergencias, que no es otra cosa que una cantidad para el “por si acaso”. Una vez que hayamos logrado este fondo, podemos buscar nuevos productos para ahorro a más largo plazo o de mayor riesgo. Y a medida que vayamos logrando más capital, podremos también buscar asesoría y opciones más atractivas en términos de rentabilidad.

Hay algunos principios básicos para poder ahorrar:

Entender que todas las formas de ahorro están conectadas

Que un descuento puede traducirse en dinero que vamos acumulando y luego en dinero que podemos invertir

Y que seguir “alimentando” ese proceso cada semana, cada mes, es una habilidad que puede ser entrenada, aprenderse, paso a paso, peso a peso, y la cual podemos fortalecer al entender por qué el dinero es importante para nosotros y cuál es el propósito, o propósitos, por los que estamos dispuestos a ahorrar.

Ahorro es una palabra que da las pistas por sí misma. Si lo que queremos es la tan anhelada libertad financiera, independientemente de cómo la entendamos cada uno de nosotros, no debemos olvidar que “ahorro” viene de la palabra árabe hurr, que significa “libre”, que no es esclavo. Entonces, el primer paso hacia la libertad financiera no está en comprar todos los libros que la prometan, sino “liberar” primero $1000, $5000, $10,000, cada vez que recibamos un pago.

Por tanto, ¿qué esperas para comenzar a ahorrar?