Impulsando la inclusión
Los seres humanos solemos situarnos en el aquí y el ahora, sin darle mucha importancia al futuro. Tendemos a ser hedonistas y a preferir el placer sobre los pequeños sacrificios. Buscamos el beneficio inmediato, la satisfacción plena y pocas veces nos detenemos a pensar en los imprevistos de la vida y formas sanas de abordar nuestro trayecto financiero.
Muchos somos criaturas de hábitos y buscamos una sensación de paz interna a través de nuestros rituales cotidianos. Intentamos mantener nuestras acciones bajo control y solemos evitar temas financieros por miedo a caer en las garras de lo desconocido. Muchos buscamos un sostén financiero para dar pasos con seguridad, pero pocos contamos con la educación financiera adecuada para tomar las decisiones más acertadas.
Solemos pensar que los temas financieros son complejos y que necesitamos grandes montos de dinero para comenzar a ahorrar e invertir. Tendemos a pensar que solo aquellos que tienen altos ingresos pueden hacer uso de los distintos instrumentos financieros, pero la realidad es que todos tenemos acceso a las oportunidades que ofrecen las instituciones bancarias; solo es cuestión de informarnos.
La inclusión financiera no siempre está en la mira y la desigualdad es una realidad que no podemos negar, pero hay buenas noticias, pues siempre podemos aprender acerca de nuestras alternativas y elegir el camino financiero que más se acerque a nuestro estilo de vida. Para sumergirnos en una cultura financiera sana y comenzar a ahorrar y a invertir, es esencial que establezcamos metas financieras y que busquemos las opciones con mejores rendimientos.
Dentro del universo financiero hay de todo, como las Sociedades Financieras Popoulares (SOFIPO), que son entidades autorizadas y reguladas que ofrecen servicios de ahorro, crédito e inversión, empresas de tecnología financiera (Fintech), que ofrecen préstamos, distintas aplicaciones móviles, hasta opciones de ahorro recurrentes.
En fin. La idea es tener buenos hábitos financieros, formar parte de una cultura de ahorro sana e impulsar la inclusión financiera para que todos tengamos acceso a las mismas oportunidades. La idea es comenzar a ahorrar unos cuantos centavos a la vez y darnos cuenta que, con pequeños montos de dinero, nuestro capital irá creciendo y nuestra calidad de vida incrementará considerablemente.