Vocecita interna
El mundo está lleno de tentaciones, por lo que muchas veces nos cuesta trabajo mantener nuestras finanzas personales en orden. Solemos vivir en el presente, nos olvidamos de nuestras experiencias pasadas y pensamos que no tenemos que visualizar nuestra vida a futuro. Tendemos a gozar del presente y descuidamos el futuro, pues los seres humanos buscamos el placer inmediato y sentimos que la vida a largo plazo no será muy distinta.
Si queremos gozar de una buena calidad de vida a futuro, debemos tener claras nuestras prioridades, establecer metas financieras a corto, mediano y largo plazo y mantener nuestra salud financiera al día. Si buscamos que nuestros pequeños esfuerzos cotidianos rindan frutos, es elemental que tengamos una buena educación financiera que nos permita analizar a detalle nuestra realidad económica y adquirir herramientas y estrategias para asegurar nuestro patrimonio.
La vida es incierta y un abrir y cerrar de ojos puede hacer una gran diferencia. Nuestras finanzas personales nos acompañarán siempre y entre mejor relación tengamos con ellas, más pacífica será nuestra realidad. Si tenemos una actitud positiva y mostramos interés por mejorar nuestras finanzas personales, ganaremos la batalla y alcanzar la libertad financiera será mucho más fácil de lo que imaginamos.
Lo ideal es encontrar un equilibrio en nuestras finanzas personales, adoptar hábitos financieros sanos y hacer uso de instrumentos, productos, servicios financieros que vayan acordes con nuestro estilo de vida. Lo ideal es automatizar el ahorro, invertir con conocimiento y hacer uso de nuestra inteligencia financiera para tomar decisiones importantes. Lo ideal es encontrar la justa medida, pues cada ser humano es distinto y lo que funciona a uno puede ser perjudicial para otro.
La realidad económica de cada persona es distinta, por lo que hay un sinfín de oportunidades financieras que podemos analizar y adoptar. El universo financiero nos presenta una amplia gama de alternativas de donde elegir y muchas veces nos topamos con pared, pues no tenemos la educación financiera suficiente como para tomar decisiones acertadas. Escuchar a nuestra vocecita interna podría ayudarnos a guiar nuestros pasos, a quedarnos con aquello que nos hace sentido y a desechar aquello que ya no nos es funcional.