Los seres humanos tendemos a buscar soluciones complejas en lugar de simplificar. Cometemos los mismos errores una y otra vez y damos vuelta a la misma idea dentro de nuestra mente durante periodos prolongados. A veces creemos que lo complicado es mejor, sin embargo, tanto en la vida como en las finanzas personales, entre más sencillo, mejor.
Es evidente que una persona con tendencias minimalistas gasta menos y ahorra más. Una persona minimalista disfruta de un espacio emocional y mental que va más allá debido a que no tiene que preocuparse por deudas y cuentas por pagar. Todo individuo que opera bajo una mentalidad minimalista siente seguridad a nivel financiero y económico ya que tiene estrategias de administración y organización de capital bien instauradas. No todos los seres humanos nacimos bajo este esquema y para muchos no ha sido fácil sumergirse dentro de esta cultura. Existen diversas estrategias que pueden facilitar la transición hacia una cultura de ahorro e inversión más fructíferas.
Las finanzas personales requieren de esfuerzo y dedicación. Un adecuado control del capital es la base que conlleva a una libertad financiera y una independencia económica. Para algunos podría ser algo complejo, para otros, un tema sencillo de llevar a cabo. La diferencia entre una persona y otra es la mentalidad y la forma en que opera de manera cotidiana. La diferencia principal consiste en los hábitos del día a día.
Una buena educación financiera es elemental, especialmente en el entorno que rodea al mundo actual. Una buena educación financiera es fundamental para construir bases sólidas y hacer frente a situaciones inesperadas, situaciones de crisis y circunstancias imprevistas. El contar con el conocimiento de conceptos básicos, hacer uso de las herramientas adecuadas y contar con las estrategias correctas en el momento preciso, es imprescindible. El comprender las profundidades de los productos y servicios financieros, así como adquirir las habilidades necesarias para transitar por el mundo de las finanzas personales, es vital para tomar las decisiones adecuadas para cada estilo de vida.
Para poder realizar inversiones inteligentes y lograr destinar parte de nuestros ingresos al ahorro, es indispensable contar con una buena educación financiera. La educación financiera es la base de una buena calidad de vida y es un motor esencial para el desarrollo económico y social dentro del entorno personal y familiar. El contar con los elementos necesarios y adquirir las habilidades correctas, permite al individuo tomar decisiones financieras más acertadas. El tener una educación financiera es clave para mantener un estilo de vida equilibrado, una calidad de vida en estable y un balance a nivel económico y financiero.
Los especialistas en finanzas personales sugieren realizar un presupuesto acorde a las necesidades y posibilidades de cada individuo. Todos coinciden en que es esencial que este presupuesto sea claro, esté categorizado y sea lo más específico posible. Para poder armar un presupuesto acertado, es necesario registrar todos y cada uno de los ingresos y egresos. En ocasiones se nos olvidan aquellos pequeños gastos a los cuales no les damos la importancia y la seriedad que requieren. A veces nos olvidamos o pasamos por alto los gastos hormiga, los cuales aparentemente pueden representar hasta un doce porciento de los ingresos anuales de un trabajador mexicano.
Todo suma. Los pequeños gastos del día a día se van acumulando. Las pequeñas aportaciones, que parecen imperceptibles, se traducen en grandes cantidades de dinero. Estos gastos se conocen como gastos hormiga y el hecho de identificarlos y tenerlos presentes podría resultar de gran beneficio para la persona. Pareciera que son egresos insignificantes, pero al ser analizados con detenimiento, son pequeñas fugas económicas que desequilibran las finanzas personales.
La libertad financiera es a lo que muchos seres humanos aspiramos. El sentirnos independientes a nivel económico ofrece una gran tranquilidad en el día a día. El depender de alguien más siempre trae consigo consecuencias, independientemente de si estas son positivas o negativas. El estar atado a nivel financiero puede resultar un arma de doble filo. Quienes están activos en el mundo laboral deben preguntarse constantemente qué están haciendo con sus ingresos. Deben estar alertas de cómo manejan sus gastos y como administran su capital para tener claros los pasos a seguir en cuanto a buenos hábitos de ahorro e inversión.
Algunas personas logran cubrir sus necesidades básicas y sus gastos mensuales con más facilidad que otras. Algunas logran saldar sus deudas en menos tiempo e incluso no tienen que recurrir a préstamos y créditos para balancear su vida financiera. Mucho tiene que ver con una adecuada administración del capital, pero hay ocasiones en las que surge una sensación de estancamiento, de estar dentro de un gran túnel sin salida.
La vida financiera es cosa del día a día. La base de todo hogar y todo entorno familiar y personal tiene sus cimientos en la estabilidad económica. Los seres humanos tendemos a intentar todo método o estrategia que escuchamos o leemos con la finalidad de lograr nuestras metas. Algunas ideas nos funcionan, otras no tanto, sin embargo, hasta que le atinamos al recurso correcto, por lo general no quitamos el dedo del renglón. Las metas financieras tienen la misma tendencia y resulta frustrante cuando lo único que nos impide alcanzarlas son recursos económicos.
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