La práctica es otra historia

La práctica es otra historia

Todo parece sencillo en teoría. Todo fluye bien dentro de nuestra mente. Todo camina por el sendero adecuado cuando planeamos dentro de nuestro ser. Nuestra imaginación es infinita y rompe cualquier frontera. Nuestras habilidades y capacidades son mucho mayores de lo que imaginamos, pero nuestra mente tiende a limitarnos y muchos de nuestros objetivos se quedan truncados. 

Todo comienza en nuestra mente. Todo comienza con nuestro ímpetu a salir adelante. Todo comienza con motivaciones intrínsecas y extrínsecas que nos impulsan a dar pasos sólidos hacia el bienestar financiero. Todo parece más sencillo en nuestra imaginación, pero a la hora de poner la teoría en práctica, la realidad tiende a paralizarnos y muchos procrastinamos y nos escudamos tras excusas que realmente no tienen sentido. 

Tener metas financieras es sencillo y plantearnos objetivos financieros es fácil, ponerlos en práctica es otra historia. Establecer objetivos que contribuyan a nuestro éxito económico comienza con aprender a trazar el camino adecuado y basarnos en las fórmulas correctas. Establecer objetivos que nos encaminen hacia una mejor calidad de vida comienza con tener claro que estos deben ser personales, factibles, concretos, específicos, medibles, centrados en resultados y con un límite de tiempo. 

Los objetivos varían de persona a persona. Los objetivos tienen un trasfondo muy personal pues toman en cuenta tanto factores internos como factores externos. Los objetivos financieros son distintos y dependen mucho del estilo de vida de cada ser humano, de su perspectiva ante su situación económica y de su nivel de ingresos y gastos. Los objetivos financieros deben tomarse con seriedad y delicadeza, pero al mismo tiempo, deben vivirse con alegría. 

Nuestros objetivos financieros deben proyectarse en el futuro con una mirada en el presente. Nuestros objetivos financieros deben basarse en nuestros ahorros, en nuestras inversiones y en los beneficios que hayamos obtenido de ellos. Nuestros objetivos financieros deben ir acordes con nuestra realidad.