A capa y espada
Nuestra salud financiera es integral y afecta a distintas áreas de nuestra vida. Nuestra salud financiera es vital y es importante darle la importancia que requiere. Nuestra salud mental se ve reflejada en nuestro estado emocional, en la manera en que pensamos, en la manera en que actuamos y en la manera en que tomamos decisiones. Nuestra salud financiera es clave para conseguir nuestras metas, por lo que debemos proteger nuestras finanzas personales a capa y espada.
En ocasiones nos dejamos llevar por la tentación y adquirimos productos y servicios que no son realmente necesarios. En ocasiones buscamos imitar a quienes admiramos, intentando copiar su estilo de vida. En ocasiones pretendemos ser quienes no somos y alcanzar una forma de vida inalcanzable. En ocasiones pretendemos ser alguien distinto y las deudas comienzan a acumularse.
Poco a poco las deudas van robando nuestra tranquilidad y nuestra paz interna. Poco a poco las deudas se van infiltrando en nuestra vida. Poco a poco nos sentimos ahogados y cada vez se vuelve más difícil salir del agua. Las preocupaciones financieras nos invaden y no nos dejan salir a la luz. Las deudas no disminuyen por arte de magia y van afectando nuestras finanzas personales. El endeudamiento crece y nuestra capacidad de pensar claramente se ve nublada.
Tomar control sobre nuestras finanzas personales es posible. Aprender a administrar nuestros recursos de manera eficiente es viable. Dar pasos hacia una vida financiera sana es factible si nos llenamos de herramientas y estrategias que vayan acordes con nuestra propia realidad. Mejorar la relación que tenemos con nuestro capital siempre es una opción mientras aprendamos a manejar nuestras deudas de manera acertada.
El aprendizaje se va construyendo paso a paso, por lo que es elemental comenzar por clasificar nuestras deudas y hacer una clara distinción entre nuestras deudas positivas y nuestras deudas negativas. En caso de detectar deudas negativas, salir de ellas debe ser prioridad.
Paso a paso iremos aprendiendo a construir un presupuesto que nos permita vivir por debajo de nuestras posibilidades, detectar y eliminar nuestros gastos innecesarios y simplificar nuestro día a día. Lentamente iremos adquiriendo conocimientos y control sobre nuestras finanzas. Llevar un registro de nuestros ingresos, egresos y gastos nos permitirá elaborar un plan de pagos y refinanciar nuestras deudas.